Esto es una aventura, no tengo la menor idea en que va a terminar pero ahi lo tienen, por ahora son mis botellas al mar...

miércoles, octubre 01, 2008

Chirripo


Mi promesa de Subir al Chirripo todos los años no ha sido muy prospera que digamos, pero si me esfuerzo para cumplirla y este año subi de nuevo con tres amigos: Osias, Felipe y Josue.
Como siempre, la subida es fuerte y faltando 4 kilometros nos lluvio hasta más no haber, llegamos antes de medio día totalmente empapados (a pesar de las capas), pero nos cambiamos rápido ya que nos esperaba un plato caliente. Bueno, este año pagamos cocinero, y fue bastante agradable llegar cansados, mojados y encontrar un plato caliente. Así que nos dedicamos a caminar si el tiempo lo permitia y no nos lo permitio, o fue la atención y la expectativa del plato caliente y el cafecito caliente con galletas a media tarde que preferimos caminar en la mañana y en la tarde dedicarnos a jugar cartas, solamente interrumpidos por la cena, para luego seguir jugando hasta que nos apagarán las luces.
En realidad fuen un tiempo agradable, acompañados por amigos y rodeados de ese lugar que no
importa la veces que hayas ido (en mi caso 6 veces) siempre es mágico.

La Foto es cortesia de Josue, yo en primer plano y Osías no sale porque ya iva desaforado para arriba.

Me celebro y me canto a mi mismo

Uno de los primeros poetas a los que tuve acceso me fue presentado hace mucho tiempo por mi difunto padre, precisamente para mi cumpleaños me regalo el libro "Hojas de hierba" un excelente poemario de Walt Whitman. Hoy quiero recordar precisamente el poema que corona al libro,
"Canto a mi mismo" y lo lo hago en mi honor, si me permiten el atrevimiento, pero es un lujo que me permito para celebrar mi onomástico.

1. Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada atomo de mi cuerpo es tuyo también.

Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.

Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminará mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de para en par las puertas a la energía original de la naturaleza
desenfrenada.

Cabe destacar que esta traducción es de León Felipe, precisamente la del libro que me regalo mi padre, con el tiempo compre otras traducciones para ver la diferencia y entre ellas esta la de Borges quién no pudo evitar hacer su propia colaboración en la traducción.